La acupuntura tiene siglos de tradición en China, con el tiempo se fue extendiendo su práctica por Asia y al mundo occidental a partir del S.XVII. Hoy en día es una técnica con prestigio, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y consensuada por el método científico.
Desde tiempos inmemoriales, incluso en otras culturas, ya se hablaba de la existencia de centros energéticos, de los canales que recorren el cuerpo y de los puntos de especial fuerza terapéutica.
Los puntos de acupuntura se encuentran principalmente en el recorrido de los 12 canales o meridianos regulares de energía y 2 extraordinarios que se distribuyen por el cuerpo humano. Cuando en alguno de estos canales se produce un estancamiento o desequilibrio, pueden aparecer enfermedades o dolencias, físicas o emocionales. La función de la acupuntura consiste en reequilibrar la energía de nuestro cuerpo y restablecer la armonía de una forma natural, sin efectos secundarios dañinos.
Consiste en la inserción en la piel de finísimas agujas en determinadas zonas del cuerpo con influencia reparadora.
La acupuntura está diseñada para sanar muchas afecciones, corregir desequilibrios orgánicos y energéticos, además es muy utilizada para inducir la relajacion: cefaleas, cansancio, estrés, tensiones nerviosas o emocionales, insomnio, adicciones,... Igualmente se utiliza en tipos de neuralgias y dolor, dolores por tensión, dolores del sistema musculo-esquelético, lesiones deportivas, hipertension-HTA, problemas de fertilidad, estomacales, metabólicos, alergias, sindrome climatérico... entre otras patologías o síntomas comunes.
La acupuntura se puede combinar con el resto de técnicas conocidas de la medicina china o herramientas de especial interés como electroacupuntura o electroestimulación controlando la intensidad de la estimulación, frecuencia, tipo de onda (analgesia, anestesia, neuralgias, parálisis, enfermedades psíquicas, cefaleas,...), o electrolipólisis (regulación metabólica, obesidad, flacidez,...).